
Es tan bonita esta San Silvestre que a pesar de no tener ningún tipo de forma física decidí apuntarme para volver a trotar por sus bellos paisajes. Sus casi 18km transcurren entre praderas, barrancos, ríos y bosques que le dan un encanto singular. Además no tiene excesivo desnivel lo que hace que para los que tenemos menos experiencia en la montaña tampoco se convieta en un sufrimiento continuo.
Y es que en pocos años esta San Silvestre comienza a tener un nombre en la Comunidad de Madrid. Este año venían a descubrirla mis primos Álvaro y Pablo, mientras que yo afrontaba mi tercera participación.