Sevilla es una ciudad de olores y sonidos. De aromas a naranjos, a incienso, a cruzcampo glacial, a caballos, a menudo, a gambitas de Huelva o albero. Y sonidos flamencos, de guitarras, castañuelas, tambores de semana santa y palmas al compás de 3/4.
Sevilla es una ciudad para vivirla con todos los sentidos.
Así que cualquier excusa para visitarla es buena. En mi caso que una parte de mi familia vive allí.