miércoles, 14 de septiembre de 2016

VII CARRERA PARQUE HUMANES



Ya han pasado siete años. Han alcanzado la séptima edición. Y algunos poco a poco hemos ido viendo crecer la carrera. Una carrera que surgió de una comunidad de vecinos. Una carrera que se hizo cuando nadie quería crear una carrera en Humanes, cuando nadie veía el potencial económico que tiene montar una prueba así para un municipio pequeño.

Con el entusiasmo de esos vecinos y aprovechando las fiestas locales se montó la primera edición de la carrera popular parque humanes. Recuerdo que te apuntabas por la mañana en una mesa que habían puesto los vecinos. La electricidad para la megafonía la cedía un bar, no había chip ni camiseta ni nada por el estilo y por supuesto era gratuita.



Esa gratuidad le daba el verdadero carácter popular. Llegar a la meta y entregar tu dorsal para poder confeccionar una clasificación. Era maravilloso, aunque indudablemente tuvo sus fallos nadie es perfecto y menos en una primera edición.

Los años transcurrieron y se fueron mejorando aspectos como las inscripciones, el recorrido que paso de aproximadamente 8,5 km a 9,5km. Hasta que hace cuatro ediciones se cobró una cuota por inscribirse y se dieron una serie de servicios que justificaban esa inscripción como castillos hinchables para los más pequeños, medallas, trofeos y por supuesto las típicas camisetas que hacen publicidad del evento y que pueden generar futuras inscripciones.

Estas tres últimas ediciones por fin encontraron un recorrido exigente, aunque no duro, que llegó a los 10 km y el año pasado y este acertaron introduciendo la carrera de 5 km que atrae más gente y ello conlleva a un mayor número de corredores en la primera vuelta haciéndote sentir acompañado.

En definitiva siete años corriendo el segundo fin de semana de septiembre por las calles de Humanes.
Fotos de salida y llegada fotos carrera humanes
Y creo que en mi persona se quedarán en eso en siete años. Ya la he visto hacerse mayor, quizás la he vivido demasiado, la he vivido tanto que siempre pienso que el año anterior estaba mejor. Creo que dentro de mí añoro aquellas primeras ediciones sin chip ni bolsa del corredor, donde una botella de agua y un plátano eran un premio mayúsculo.

Y mi cuerpo me va pidiendo que deje Humanes para ir a correr pruebas que coinciden en día y que actualmente me atraen más que volver a correr aquí añorando tiempos lejanos.

Por eso estos 10 km de Humanes han sido como saborear el último poso de café que queda en la taza en una fría mañana de invierno. Te dejan un sabor amargo pero una sensación de placer en el estómago. Sabía antes de comenzar a correr que sería la última antes de abandonarla por un tiempo para seguramente reencontrarnos dentro de unos años, un lustro o una década. Y espero que esa nueva cita sea como la que se tiene con una antigua novia a la que hace años, lustros o décadas que no ves.

Así disfruté de las dos vueltas al circuito. Corriendo sin cabeza la primera vuelta, dejándome llevar por la loca intención de abandonarla con una de mis mejores marcas en estos siete años. Y volviendo a la realidad en la segunda vuelta, dosificando en la bajada que lleva al Prado de la casa y sufriendo demasiado en la segunda subida desde el prado hasta el asfalto. Una vez coronado y tras haber oxigenado mi cerebro y mis piernas bajé el ritmo y corrí los 2 últimos km disfrutando de las calles de Humanes, saludando a mucha más gente de la que realmente conozco que animaba en esas calles, corriendo la bajada de la Avd. España con mis hijos y Natalia entre risas y llegando a meta con la sensación de que esos dos últimos km habían sido como los 8 km de la primera edición de 2010, diferentes, indescriptibles e irrepetibles.




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