MEDIO MARATÓN DE FUENLABRADA 2016

Poco antes de amanecer y mientras tomaba mi desayuno previo a la media maratón comprobé en las últimas horas de la noche una brillante luna llena que iluminaba las calles de mi ciudad. Era una de esas lunas que parecen estar muy cerca, de las que si levantas los brazos puedes tocarla e incluso arrancar un cacho de ella para comprobar ¿a que sabe la luna?.

La luna me hizo pensar en el hombre lobo y quizás si la miraba fijamente podría atraer algún súper poder, cogiendo la velocidad y la fuerza necesaria para terminar el primer medio maratón del año al que me voy a presentar en pocas horas en el mejor estado de forma del 2016.

Con esta historia en mi cabeza me visto y cojo el coche para ir hasta el campus de la universidad de Fuenlabrada desde donde saldrá los 10 km y la media maratón. Este año han escuchado las quejas y han habilitado los parking del lado contrario al que solían hacerlo, evitando que la salida de coches coincida con el circuito de la carrera y evitando los atascos. Así que enhorabuena a la organización.

En cuanto llego al parking ejerzo mi labor de utillero ya que llevaba dorsales y camisetas para siete corredores. Pronto mi coche se convierte en un mercadillo-vestuario donde van llegando mis primos y amigos a recoger sus dorsales. Tenemos diferentes objetivos, Fer, Elsa Pablo y yo tenemos el próximo fin de semana la media maratón de Valencia y la idea es probar ritmos y sensaciones que vamos a tener allí. Mientras que mis primos Jaime, Álvaro y Pablo vienen a hacer un test de cara al maratón de Valencia que tienen en un mes.

Yo soy la ficha verde, ¿quién eres tú?

A las 10:00 de la mañana estamos todos listos y cual fichas de parchís o quesitos del trivial, ya que cada uno llevamos un color de camiseta, nos ponemos en la salida y comenzamos la aventura. El primer kilómetro de salida de la Universidad transcurre tranquilo, nadie ataca y todo el mundo respeta el ritmo hablado durante la semana. Elsa y Fer que afrontan la carrera de 10 km quedan atrás rodando un poco más lentos que nosotros pero volando en ritmos mucho más altos de lo que suelen ser los suyos.

Mientras, nosotros seguimos trotando unidos por las calles de Fuenlabrada, vamos cómodos, algunos podríamos decir que hasta demasiado. Las charlas van amenizando la carrera y los kilómetros transcurren sin darnos cuenta. Pero la paz ha durado 5 km. Tras el avituallamiento comienza la cuesta de 1,5 km que sin ser muy dura a mi me hace aflojar el ritmo. Mi primo Álvaro se queda acompañándome y Jaime, y los dos Pablos se escapan hacia la meta.

Voy tan sobrado que hago deditos. Yo también Fer, mira corro con los ojos cerrados.

Volvemos al barrio del hospital enfilando el final de la primera vuelta, Álvaro y yo tenemos a tiro a los demás pero decidimos no esforzarnos en pillarles ya que tienen un ritmo superior al nuestro y en cuanto puedan van a a volver a atacar. Tras pasar el cartel del  km 9 entramos en la universidad y nos acercamos al arco de salida. Este tramo en bajada lo recordaba más corto de lo que se me está haciendo este año.

La carrera se divide acabando en el estadio los de la distancia de 10 km.  El paso de Álvaro y mío ha sido en 53:09 mientras que los Pablos y Jaime pasaron 20 segundos antes.

Pero la sorpresa en esta meta la darían Elsa y Fer pulverizando su marca de 10 km. Les faltaron dos segundos para bajar de 55 minutos. Aún así en esas zapatillas se huele que van a disfrutar su primera media más de lo que ellos piensan. ¿Qué a que huele eso? A sudor de kilómetros de entrenamiento, pero eso lo contaremos la próxima semana.

Hacen marca en 10 km y no se han esforzado.

En la subida hacia la salida de la universidad Álvaro y yo aumentamos el ritmo y cuando me doy cuenta que estoy rodando a ritmos de 4:50 le digo a Álvaro que yo me bajo de esta fiesta. No creo que el hombre lobo tenga tantos super poderes para mantenerme nueve kilómetros a esos ritmos. Soy conservador y acierto. Vuelvo a ritmos de 5:20 y me quedo solo. En la lejanía ya no atisbo ninguno de los colores de las fichas de parchís. Solo un poco el amarillo de Álvaro pero inalcanzable. Desde aquí toca sufrir de nuevo en la cuesta de Loranca, aguantar el ritmo en las rectas interminables del barrio del hospital, sintiendo un gemelo que quería explotar y dando ese ridículo pero necesario bucle interior en la universidad para que salgan los 21km.

Darme 21 km más que me los como

Por primera vez en este año mi cuerpo y mi mente han aguantado como antaño y he conseguido finalizar la media sin parar en 1:51:42. Esto es un extra de energía y no los geles asquerosos.

Precediéndome en el arco final la ficha amarilla (Álvaro) que hizo la segunda vuelta mucho más rápido que la primera y terminó en 1:48:47  entrando en meta de risas y brazos en alto.

Estampa de corredor

Pues sí que corren al final

Pablo acabó sufriendo más de lo que esperaba en los últimos kilómetros tras aguantar estoicamente ritmos inferiores a 5:00. Aún así se plantó en meta en su mmp un 1:48:17 muy jugoso.

Jaja, ¿donde están las cuestas?

Y Jaime y Pablo llegaron relamiéndose cual lobeznos pensando en poder aguantar esos ritmos 21 km más, si lo hacen van a dejar la marca de los demás del maratón en algo irrisorio. 1:47:35 sin esforzarse.

La mañana empezó con un café y una luna, pero hay algo que se me da igual de bien siendo humano u hombre lobo. ¡¡¡¡IR A TOMAR CERVEZAS CON LOS AMIGOS!!!! Así que calmamos la sed como es debido y nos preparamos para descansar esperando la llamada de la Luna de Valencia.

Hoy estrella Galicia, el próximo finde ¿?¿?¿?