jueves, 3 de marzo de 2016

MEDIO MARATÓN LA LATINA


¿Chicos estamos de acuerdo en ir a 5:40? ¡¡¡Sííí!!!! Mentirosos y cobardes en cuanto pueden atacan.
A veces el sufrimiento tiene un sabor muy dulce. Debe ser ese sabor el que me hizo cometer la temeridad de apuntarme a este medio maratón con un nivel de forma bajo y conociendo su dureza. Pero la tentación era grande, allí se iban a reunir una gran cantidad de amigos que están preparando el maratón y que tenían la idea de correr a ritmos de 5:40, ese ritmo me parecía adecuado para terminar con ellos si antes no había desfallecido por las cuestas de la casa de campo.



Así nos reunimos poco antes de las 9:00 David, Dani, Pablo y su hermano Nacho y un servidor. Sin tiempo para calentar nos vamos hacia la línea de salida. Parece que con el temporal que está cayendo el tiempo nos va a respetar, calor no hará pero por lo menos no llueve.

Despacito a por los 21 km.
Salimos pegados al globo de 2 horas y enseguida compruebo que retener las piernas finas y musculadas de mis compañeros maratonianos va a ser difícil. Quieren escaparse del globo de 2 horas al que voy pegado. Tengo que esprintar para cogerlos. Los primeros kilómetros transcurren junto al barrio de Fánjul, vamos a un buen ritmo de 5:30, todavía hay ánimos para hablar.

km 1 Todos juntitos para no pasar frío
Tramo donde me dejaron escapar para criticarme por ir rápido
A la altura del km 3 se pasa bajo las vías del metro de Aluche y bajamos la calle Valmojado. Es el único tramo en bajada, hay que disfrutarlo y dejar correr las piernas. Pero los 4 mosqueteros que antes querían volar ahora van por detrás porque han decidido que en este tramo si van a respetar el ritmo de 5:40, criticándome a mis espaldas por ir ligeramente más rápido. Siendo absolutamente consciente que en las primeras cuestas me van a pillar mantengo un ritmo alegre de 5:20 y sigo bajando siempre mirando hacia el otro lado de la mediana y pensando si llegaré con fuerzas en el km 19 y 20 para poder subir.

Los primeros toboganes aparecen en el km 6 y los pasamos sin dificultad, tras ellos una bajadita hasta el km 7 y desde aquí subida hacia el parque de atracciones. Tal y como esperaba Dani, Pablo y David me pillan aquí, ni siquiera han esperado a Nacho pero lo peor ni miran hacia atrás para esperarle. Llegamos a la subida del km 8,5 que nos mete en la casa de campo y ellos la suben sin esfuerzo permitiéndose el lujo de ir hablando. Yo mientras empiezo a sentir el sabor del sufrimiento, el sabor de los glóbulos rojos inundándote todos los músculos del cuerpo para hacerlos trabajar y conseguir alcanzar la cima de la cuesta. Mi corazón bombea fuerte pero mantiene el ritmo de estos colosos.

Tras coronar giro a ver donde vienen todos y no veo a Nacho. Decido que seguir con ellos será un error a largo plazo porque está claro que no van a respetar el pacto de ir a 5:40, por eso paro y les dejo pasar, les comento que voy a esperar a Nacho que llevamos un ritmo parejo y así vamos acompañándonos.

Pocos metros después llega  y enfilamos la bajada que lleva a la puerta del parque de atracciones. Empiezo a notar que mi estómago va revuelto, el desayuno me está haciendo polvo y voy con ganas de vomitar. Supongo que igual que ha llegado se irá. Continuamos y bordeamos el lago y enfilamos otra subida, si señores es que esto es subir y subir, solo hay eso en esta carrera.
Subida a las pistas de tenis.km 12,5

A un ritmo mucho más lento que el año pasado trepamos hasta la cima de las pistas de tenis. Paro arriba para esperar a Nacho y beber agua, pero ese trago de agua me sienta fatal. Cuando retomo la carrera veo que el estómago ha dicho basta. 500 metros más adelante se masca la tragedia, tengo que parar a vomitar. En el km 14, busco un árbol y allí tengo que dejar el café del desayuno y el agua que he bebido. Retomo la carrera y la recta del paseo de los castaños se hace larga, cojo la botella de agua del km 15 y no la pruebo hasta el km 18.

Por fin voy llegando a la zona que me tenía asustado antes de apuntarme la subida hacia Rtve, allí veo a David y Dani que me sacan cerca de 2 minutos. Van sobrados y tal como esperaba a un ritmo muy superior al que habíamos hablado. La subida se me hace muy corta y enseguida giramos para volver al zoo. A Nacho le llevo cerca y sé que si me recupero le puedo pillar.

Bordeamos el zoo y se me vuelve a hacer duro,bajada para respirar y enfilamos la última subida dura la que te saca de la casa de campo y te sube hasta la A-5. Mejor de lo esperado y a un ritmo de 5:40 termino la subida de la cuesta de Aisa y bajo hacia la calle Valmojado. Muy cerca veo a Pablo (que ha parado para acompañar a su hermano). Pienso en sprintar para afrontar los últimos 2 km en compañía, pero sé que enseguida llega la subida y ese sprint me hará llegar justo de fuerzas.

Dani y David que suben más rápido que cuando bajan
Otros que sufren, y al final aparezco cual tigre para cazarlos.
Parezco marchador pero no eso es mi estilo de correr,jeje.
Buscando el final de la cuesta como si hubiera oro
Nada más comenzar la subida les tengo justo a 15 metros y les doy un grito para ver si Pablo puede tirar de mí. Baja y hablamos y finalmente decido que mejor subir yo solo porque no creo que aguante los 2 kilómetros.

Y así fue, tras pasar el km 19 mi cuerpo pide un respiro, tengo que parar a andar y tiro al traste la media del km haciendo este en 6:30. El kilómetro final intenté recuperar lo perdido pero ya era tarde. Corrí lo más rápido que pude pero no conseguí llegar en menos de 2 horas (lo que no ocurría desde 2010) ni pillar a Nacho y Pablo.

Al final terminé en 2:00:10 y ellos en 1:59:39. El sabor que se te queda es ese sabor agridulce por el sufrimiento final pero satisfecho porque la idea antes de empezar era terminar en ese tiempo. Nosotros tres respetamos finalmente el pacto del principio. Sin embargo los gladiadores David el "Magnificus" y Dani "Ironman" hicieron el loco y se dedicaron a correr los últimos 5 km en menos de 5 minutos el kilómetro siendo todos hacia arriba para terminar en 1:52:51. Curioso el caso de David que nunca cumple su palabra cuando corre conmigo, veremos si en el Alcortest de dentro de 15 días va a ritmo de 5:40 aunque solo sea los 15 primeros kilómetros que voy a acompañarle.

¡¡Exhausto!!
Hay que destacar la fuerza que tiene los 3 futuros medallistas del Mapoma. Se han comido la media de la Latina entre risas y charlas, no han visto ninguna de todas las cuestas porque tienen las piernas como las columnas del acueducto de Segovia, duras y firmes. Si las lesiones les respetan en estos dos meses van a llegar a Mapoma y se lo van a zampar con patatas. David, Pablo y Dani ya os queda menos para tener esa experiencia en vuestros cuerpos.

Tras la carrera como siempre tiempo de hidratación y recuperar fuerzas que mi estómago estaba vacío.

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