martes, 21 de marzo de 2017

MEDIO MARATON DE LISBOA



La media maratón de Lisboa tiene dos etiquetas, una oficial que dice que es una de esas pruebas con el logo de GOLD LABEL IAAF, y otra etiqueta la de carrera SOBREVALORADA que le van poniendo los corredores según la van realizando.



Desde que corrí en Berlín tenía ganas de volver a salir al extranjero a correr y sinceramente Lisboa es un destino cercano y cómodo que cumple todas las expectativas. Ciudad bonita para conocer, precios razonables y cómoda para ir en familia. 

Nada más llegar nos acercamos a la feria del corredor situada en la zona de la expo. La verdad es que es cómoda, aunque algo alejada del centro. Feria muy pequeña con apenas 10 stands pero uno de ellos promociona la media maratón y maratón de Valencia, así que hay que apuntarse al sorteo de la media por si se puede volver por tierras levantinas.

Tras recoger el dorsal y la camiseta, que es bastante chula, nos vamos a comer y tomar las primeras cervezas lisboetas.
FERIA PEQUEÑA

El alojamiento lo cogimos en la orilla contraria de Lisboa. En Costa Caparica, es la zona de playas de Lisboa y garantizo que son espectaculares. Kilómetros y kilómetros de arena fina y blanca, eso si regadas por un agua gélida como la del Atlántico en marzo. Para llegar a Lisboa desde allí hay que acercarse al puerto de Trafaria desde donde sale un ferry que en 20 minutos y por 1,20€ te deja junto al monasterio de los Jerónimos.

BIENVENIDOS A COSTA CAPARICA
Además para venir a hacer la media maratón es un lugar fantástico para organizarte, si vienes acompañado. A mi Paloma me acercó en coche por la mañana hasta la estación de Pragal, cinco minutos en coche. Y cuando terminas la carrera como te deja al lado del puerto del que salen los ferrys te coges el primero que salga y te recogen en Trafaria.





















El sábado comenzó pronto porque algún niño vio la luz del sol y decidió levantarse a las 6:30 am así que lo mejor era salir a trotar con él por la playa. Y a las 7:00 de la mañana nos fuimos a corretear tres kilómetros por las playas de Caprica. Espectacular día y vistas playeras. El resto del día lo dedicamos a hacer turismo y comer, montar en tranvía, comer pasteles en Belén, visitar el monasterio de los Jerónimos y visitar la plaza del comercio y sus alrededores. Nosotros ya conocíamos Lisboa pero los niños no y estaban encantados practicando su portugués 😂😂..
















LA CARRERA

Esta carrera tiene más cosas malas que buenas para el precio y la fama que tiene:

* No hay ropero. En mi caso el día de la carrera hizo un calor agobiante así que en la salida en manga corta se estaba bien, pero si sale un día de viento o lluvia se complica. Yo corrí con una mochila para poder cambiarme al terminar.

* La información de la página web es nula. Es igual en septiembre que una semana antes de la carrera.

* Los cinco primeros kilómetros son  muy difíciles de correr porque hay una carrera de 7 kilómetros donde la gente va andando. Por mucho que vendan que es plana es prácticamente imposible poder hacer marca.

* El recorrido, quitando el puente, es aburrido. Hay que promocionar lo nuestro y medias como Madrid, Sevilla, San Sebastián, Segovia o Barcelona son más bonitas que correr una recta pegada al Tajo durante 18 kilómetros. Eso sí cuestas cero.

Pero la verdad es que la mayoría de estas cosas ya las sabía y me habían dado igual. Mi idea era correr en el extranjero y disfrutar de Lisboa con la familia.

El domingo sobre las 9:30 llegó a la zona del puente 25 de abril, lugar de salida e imagen de todas las fotos de promoción de esta prueba. Pero para llegar allí se hace un embudo considerable en la bajada al peaje. Con un poco de paciencia y agobio llego al peaje, faltan 45 minutos para la salida y sólo queda esperar. No hay nada excepto música.



Con un calor cercano a los 25 ºc salimos sobre las 10:30. Y el inicio es espectacular. No se le puede poner ninguna pega, correr por el puente con el cristo redentor detrás tuya bien merece la pena hacer una parada y subirse en la mediana a tirar una foto. Y si a esto le juntas helicópteros volando a tu altura grabándote pues lo hace más espectacular.


ALLÁ VAMOS.JUGÁNDOME LA VIDA EN LA MEDIANA.
El recorrido por el puente es de tres kilómetros, tras esto bajamos hacia la avenida por la que discurrirá toda la carrera pegado al Tajo. He conseguido ponerme en mi ritmo de 5:20 pero sigue habiendo demasiada gente a pesar de que la carrera de siete kilómetros se separó en el kilómetro 5. Disfrutando de las calles de Lisboa y con mejores sensaciones que hace una semana en Aranjuez sigo hasta la plaza de Cais do Sodre donde se gira para volver diez kilómetros con el sol iluminándote la cara a casi 30ºc. El avituallamiento, que suelen estar afortunadamente cada tres kilómetros son un caos de golpes, a pesar de ser amplios.

Pasado el giro decido salirme por fuera de la carretera e intentar correr sin golpearme con la gente. Me subo por la zona del tranvía que esta cortado y continúo avanzando. Paso del kilómetro 10 en 54 minutos y a pesar del calor voy bien.

Pasamos bajo el puente 25 de abril y nos dirigimos al monasterio de los Jerónimos. Este lugar esta abarrotado de gente y familiares ya que es la meta. Desde allí quedan cuatro kilómetros de recta giramos y volvemos. A partir del kilómetro 15 el calor me afecta y bajo el ritmo. En el avituallamiento del km 16 paro a mojarme porque la pájara parece que puede ser de las buenas. Y comienzo a penar una vez más.

Así que no pienso dejar que me de un golpe de calor, en el avituallamiento del kilómetro 18 otra parada a mojarme y beber. Y en el km 20 ya viendo los arcos de meta nueva paradita. En fin es para lo que dan las piernas. Ya con toda la tranquilidad del mundo continúo y con la vista del monasterio de los Jerónimos entro en meta en 1:56:29.

















El final fue dejadez absoluta por más miedo a que me diera un golpe de calor como los que vi por allí que ganas de correr. Tras la meta pasillos grandes que nos iban guiando para recoger medallas, bolsa de avituallamiento, que devore, y helado. Y vuelta a correr para no perder el ferry. Y como me sobraban 10 minutos me tomé un tercio de Sagres, que sólo se vive una vez la media de Lisboa.



La tarde dedicada a la playa con mis hijos, ellos y el loco del padre los únicos que estaban metidos en el agua sin traje de neopreno, pero mis patas lo agradecieron. Y tarde de recreativos. Recreativos como los de antes en la Gran Vía y plaza de Cubos, con juegos de la época de lo 80-90 y que hicieron que reviviéramos viejos momentos y mis hijos descubrieran como eran los juegos antes de la Playstation y Tablets.

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