martes, 10 de marzo de 2020

MEDIO MARATON LA LATINA 2020


21 KM EN 21 PALABRAS.

Aluche, Fanjul, Valmojado, Sepúlveda, cuesta  Batán, parque  atracciones, Lago, Pistas tenis, casa  campo, zoo, Cuesta Aísa, Valmojado, Aluche y pista atletismo Fanjul.

si me quieres ver estoy, junto con Elsa.
Y la crónica de esta carrera debería terminar aquí, porque si eres de Aluche ya sabes lo que me he metido para el cuerpo.

El resto de la crónica será un devenir de acontecimientos trágicos aunque pronosticados.



Y es que suele ocurrir en este mundo que si no entrenas con seriedad no consigues los resultados esperados, incluso no disfrutas de la carrera. Hace tiempo que lo aprendí y ello me llevo a correr más lento, mejor despacio y a ritmo cómodo que intentar correr rápido y morir en el intento.

Con los entrenamientos justos salimos de la zona del Carrefour de Aluche con una temperatura excelente. La idea en mi cabeza es hacer dos horas. Pablo está en su terreno, las cuestas así que seguro que me aguanta, y Elsa acompañada de Raúl quiere terminar, esperábamos que sin andar.

En este momento no vislumbrábamos la tragedia. De momento la bajada junto al polideportivo de Fanjul arrojaba charlas y risas. Ritmo cómodo y cuidando piernas que la parte molona de esta carrera comienza después del avituallamiento del km 5.

En la primera zona de toboganes que hay tras el avituallamiento Pablo para a vaciar vejiga. Momento en el que nos alcanzan las gemelas con su grupo de amigos. Comienza la charla y se acelera el ritmo sin que Raúl y Elsa parezcan darse cuenta. Yo sigo vigilando si llega Pablo y como ha pasado más de un kilómetro y no llega paro a esperarle. En la calle Sepúlveda volvemos a juntarnos con el grupo.


Comienza la tragedia. En la primera rampa que lleva a Batán, incluso antes de pasar bajo el puente de la A-5 Elsa se nos para. Hay que convencerla para que vuelva a correr. Creo que ha interiorizado mucho el trail del cocido de la semana anterior donde andaba todas las cuestas.

El tramo que baja hacia el lago de la casa de campo se hace cómodo, aunque aquí dejamos atrás a Elsa y Raúl que bajan el ritmo. Nos quedamos solo Pablo y yo pero siempre pensando en las cuestas que nos vienen. La subida a las pistas de tenis, dura, como siempre, aquí no hay mentiras, comienzan a pasar factura la falta de entrenamientos.

Intento que Pablo recupere en la bajada. Le doy conversación pero cada vez se le ve peor. En el avituallamiento del km 15 se para a tomarse el gel y se debió esconder en una madriguera para que no le viera. Seguía esperándole y mirando hacia detrás y como vi que no venía decidí dejarle a su ritmo para que sufriera lo menos posible.

El resto fue solo una ilusión. Pensé en acelerar para mejorar el tiempo y lo logré en el tramo de RTVE de la casa de campo, pero el final de la cuesta Aísa me demostró que tampoco tenía tantas piernas como pensaba y que mi idea de correr en 5:15 los dos últimos kilómetro de la calle Valmojado en subida se iban a cambiar.

Además se junto a mi lado tras la cuesta Aísa un señor que llevaba un ritmo parecido al mío. El ritmo de 5:30 en estos tres últimos kilómetros fue lo mejor que pudimos dar, estaba claro que no había piernas para más. Al final 2:01:31 que me dejan satisfecho en esta carrera que me encanta y me hace sufrir por igual. Los demás cumplieron el objetivo de llegar a meta para tomar la cerveza juntos. Y nos replanteamos varias cosas, la primera que si no entrenamos tendremos que cambiar las medias por carreras más cortas. Y la segunda que hay que terminar antes porque sino se acaban los desayunos en el 100 montaditos y Elsa se enfada.
El próximo año en febrero confiamos en estar mejor para bajar de las 2 horas.



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