miércoles, 24 de septiembre de 2014

100 KM MADRID SEGOVIA 2014

¿Cuáles son las consecuencias de correr 100 Km? ¿Cómo asimila tu cuerpo el esfuerzo? ¿Hasta dónde está dispuesto a aguantar?.

Pues después de vivir la experiencia de correr el fin de semana los 100 km Madrid Segovia puedo resolver alguna de estas preguntas.

Acabar la carrera me llevo 18h:10min, perdí 2 kg, terminé con 2 ampollas (una en cada planta del pie), dolores en los tobillos por alguna torcedura en la bajada nocturna y un cansancio mental que estuvo a punto de dejarme knockout en el km 94.

2X100=200KM
Lo que jamás podré decir es que mi cuerpo no rindiera, lo hizo de manera inimaginable durante 88 km y cuando pensé que ya no daba más descubrí que me dejaba correr los 2 últimos km. Y por si fuera poco en 48 horas se ha recuperado del esfuerzo y me han abandonado los dolores, solo esas 2 ampollas que tienen que curar.

En estos 100 km acumulas cansancio físico y mental pero ganas un respeto total hacia tu propia persona, hacia tu capacidad de sufrimiento, mayor de lo que pensamos, hacia tu cuerpo capaz de hacerte llegar donde nadie piensa y hacia el entorno y la gente que te rodea que te ayudan a llegar a meta.

Ese es un resumen breve para el que quiere conocer algo de la Madrid Segovia. Aunque como me dijo otro corredor subiendo a la Barranca :" Cuando la gente me pregunta que como es correr un 100 km yo le digo..............¡¡¡¡¡¡¡¡uyyyyyy algo maravilloso!!!!! apúntate el año que viene y verás que bien te lo pasas".

Desde este momento empieza mi propio resumen de una vivencia que me parece imposible explicar a través de un blog.


MADRID (PLAZA DE CASTILLA) Y MATERIAL

El día comienza temprano, me levanto a las 5:30, asalto a mi hermano que se iba a trabajar y le pido que me haga un café, lo acompaño de 2 magdalenas y me visto para irme hacia plaza de Castilla en taxi.

En mi espalda llevaba una mochila que me acompañaría toda la carrera. Tipo Camelback, en ella llevaba un bocadillo, frutos secos, botiquín, gominolas, camiseta y pantalones por si llovía antes de Cercedilla, el bidón para el aquarius y los geles. 

En una mano la mochila grande para Segovia con el chandal, champú y toalla. Además de unas zapatillas para cambiarlas que después de 100 km lo agradecería.

Y en la otra la bolsa para Cercedilla con el chubasquero, camiseta térmica, camiseta larga y corta para elegir, los frontales y el material obligatorio. Y 2 sandwiches por si acaso.

SALIENDO DE PLAZA CASTILLA
A las 6:50 estoy bajo las torres Kio esperando a mi tío. Otro valiente preparado para afrontar por cuarta vez una carrera de 100 km y pieza fundamental para llegar a Segovia.

Sorprendentemente estoy tranquilo, aprovecho para darme la vaselina en los pies y el cuerpo mientras llega mi tío. Una vez que nos encontramos dejamos las mochilas en los camiones correspondientes y nos vamos a un bar a tomar un café y una pulguita.

PLAZA DE CASTILLA - TRES CANTOS (15,8KM)

ADIOS MADRID ME VOY A SEGOVIA
8:30 Se acabó la espera, sin objetivo mayor que el de acabar comenzamos la aventura. La primera etapa es la más larga aunque tranquila. Salimos desde plaza de Castilla dirección Fuencarral. Vamos a un ritmo tranquilo de 6:20 y aún así pensamos que vamos rápido.

Cruzamos Fuencarral y el barrio de Montecarmelo para entrar en un camino de tierra que nos va subiendo hacia el Goloso y Tres Cantos. En condiciones normales no consideraríamos cuestas muchas de las rampas que nos encontrábamos, pero teníamos claro la estrategia cualquier pendiente ascendente se andaba y las bajadas si se podía se corría.
SALIENDO DE TRES CANTOS

Los kilómetros transcurrieron más lentos con respecto a la media que pensaba pero el tiempo pasaba volando.

En un poco menos de 2h estábamos en el punto de control de Tres Cantos. Primer sello en la cartilla, llenar el bidón con isotónica y comer unas naranjas que estaban buenísimas (esto fue así en todos los avituallamientos).
AL TROTE HACIA TRES CANTOS



TRES CANTOS - COLMENAR VIEJO (11 KM)

LLEGADA A TRES CANTOS. SOBRAN FUERZAS
La salida del avituallamiento de tres cantos es por el carril bici. Será alrededor de 1 km y en nuestro caso no tuvimos problema con los ciclistas. Tras coger el camino de arena le comento a mi tío que había cometido la torpeza de ponerme calzoncillos y me llevaban molestando muchos km. Así que sin mucho pudor me paré y me puse tras un matorral, fuera gayumbos y a seguir que no quiero quedarme fuera por una rozadura estúpida.

Los primeros kilómetros del camino son en bajada hasta un río que transcurre seco. Una vez que llegamos al cauce comenzamos a andar y poco a poco el terreno empieza a subir dirección Colmenar.
SINO ES SEGOVIA SERA SANTIAGO

Al fondo se ve una gran cuesta. Mi tío me comenta que es la cuesta del cementerio por donde se pasa en los 100 km de corricolari allá por el km 96. Nadie de nuestro alrededor sube esta cuesta corriendo, vamos todos andando. Nosotros lo hacemos a buen ritmo y mantenemos posiciones.

Tras el esfuerzo de la subida paramos en una fuente para llenar las mochilas. Pensamos que aquí habrá menos gente que en el polideportivo que está a 400 metros. Acertamos.

Llegamos al polideportivo, entramos, sellamos comemos fruta (sandía, naranja y plátanos) y nos vamos rápidamente ya que no hemos dejado mochila aquí.

Todas nuestras paradas en los avituallamientos fueron muy rápidas, sin tiempo a pensar o a relajar las piernas. Y ahora creo que fue una estrategia acertada.


COLMENAR VIEJO - PUENTE MEDIEVAL (7,1KM)

Salimos del polideportivo de Colmenar, andamos por su calles en busca del camino que lleva a Manzanares del Real. Al poco de salir empiezo a notar que mi mochila me moja la espalda y paro para ver si se ha roto la camelback. Finalmente no fue así, debía estar mojada de cuando la apoye en el suelo de al lado de la fuente.

ADIOS MADRID
Me la pongo y volvemos a correr. Mi tío también conoce este camino y sabe que este tramo es gran parte en bajada. Lo aprovechamos y corremos a ritmos tranquilos saltando entre piedras y escalones. Al final de la bajada mi tío necesita hacer una parada técnica, yo continuo porque dice que me coge.

Justo en ese momento comienza la subida por un terreno rocoso similar al que bajamos. Faltarán como 2 km para el puente medieval y no se ve a mi tío por detrás así que decido trotar hasta el avituallamiento y esperarlo allí.

Justo antes de llegar al avituallamiento hay 3-4 personas sentadas animando. Desde este momento todos los ánimos que recibo de la gente me hacen sentir diferente. Son ánimos de admiración, de decir: "VAYA PANDA DE FLIPAOS QUE VAN CORRIENDO A SEGOVIA". Desde entonces agradezco con todo mi corazón a cada persona que me dirige un aplauso o unas palabras.

Llegó bajo el puente medieval (que en este caso es un puente bajo una autopista) sello, bebo y como fruta. Al minuto está mi tío allí hace lo mismo y nos vamos.

PUENTE MEDIEVAL - MANZANARES DEL REAL (8,1KM)

A la salida de este avituallamiento se nos junta otro corredor que ya ha hecho la carrera y nos avisa que este tramo es complicado.

No es un tramo con muchas rocas ni con pendientes excesivas, pero si es cierto que el camino no deja de subir casi hasta Manzanares y con 34 km en las piernas se nota. Por primera vez compruebo que ya no es efectivo correr. Veo a gente delante nuestra que hace pequeñas carreras pero que a los pocos metros se cansa y vuelve a andar. Con el paso de los kilómetros y con nuestro ritmo de andarines ( a 10:02 km) vamos cogiendo a gente. 

Empezamos a pasar a mucha gente que está pagando salir a un ritmo alto. Cuando llegamos al punto más alto de este tramo se divisa Manzanares justo en el valle. Nos falta bajar y llegar al avituallamiento. En esa bajada empiezo a sentir mis primeras molestias, en los pies pero sobre todo en la zona de la tibia. Solo en una ocasión había sufrido con la cintilla iliotibial y este dolor era en el mismo sitio pero sin llegar a ser tan agudo.

Cada paso en la bajada me molesta y con tal de no alargar más las molestias le digo a mi tío que bajo corriendo y le espero en el avituallamiento. 

40 KM. YA ESTA MANZANARES ABAJO
Llegamos a Manzanares y mismo proceso sello, fruta y bebida. Esperaba que aquí hubiera puesto la organización algo de comer, pero no fue así. Tenían bandejas de pasta pero nos dijeron que la sacarían más tarde. ¿cuando? No lo sé porque eran cerca de las 15:00 de la tarde. También es cierto que en ningún momento se especifica en el reglamento que nos fueran a dar de comer en este punto. 

Tras 42 km hacemos esta parada un poco más larga, me cambio de camiseta, me coloco bien el calcetín, vaselina, bocadillo de jamón y hacia Mataelpino. 

LlEGADA A MANZANARES
MANZANARES DEL REAL-MATAELPINO ( 7,3 KM)

NO DIERON COMIDA PUES SALGO COMIENDO EL BOCATA
Este tramo lo conozco un poco. La salida de Manzanares es en dirección hacia la zona de Peñalara. Nada más salir veo que no voy bien. La tibia sigue molestando y me cuesta andar. El terreno sube y mi cabeza empieza a imaginar otros 7 km subiendo como los que iban del puente a Manzanares, me imagino como a los corredores que hemos pasado anteriormente que se les veía agotados.

Mi tio en cambio va bien, no se queja y anda a buen ritmo, así que yo le sigo aunque en algunos momentos me cuesta.

Los kilómetros van pasando y nos acercamos a Mataelpino, la ayuda del gps del reloj ayuda para saber que no quedan más de 2 km (después cuando nuestros relojes se quedaron sin batería lo echamos mucho de menos). Subimos una última cuesta y de repente aparecemos junto a un abrevadero de ganado y dentro del pueblo de Mataelpino.

No sé que ocurrió pero llegar allí fue como una victoria moral. Quizás fue ver la plaza llena de gente tomando cerveza, la música de la organización o el buen rollo que se respiraba animando a los corredores, pero cuando pasamos el arco de llegada a Mataelpino lo hicimos con los brazos en alto como si ya todo hubiera terminado. Habíamos tardado 7:54:28 en hacer estos 50km.

Realmente estábamos eufóricos por el tiempo. Y en ese momento empezamos a ver la meta de Segovia muy cerca.

LLEGAMOS A MITAD DE LA PRUEBA
Seguimos el ritual de parada corta. Aproveche para tomar un ibuprofeno a ver si engañaba al cuerpo y me quitaba el dolor, tiramos una foto para que la familia nos viese que estábamos vivos y seguimos.

MATAELPINO - LA BARRANCA (8,7KM)

EL MEJOR AVITUALLAMIENTO. RECUPERACION TOTAL
Era una de las etapas que más respeto me daban. Se comentaba que la subida era muy dura por el calor. Pero este año el tiempo fue benévolo y no hacia excesivo calor.

Había guardado mucha fuerzas para hacer bien este tramo. Nada más salir de Mataelpino hay una subida con pendiente pero no muy larga, y luego todo llano y bajada.

Me sorprende ver que me he recuperado totalmente, me encuentro mejor que en plaza de Castilla, ya no me duele nada y encima ver que pasan los kilómetros de esta zona sin encontrar dificultad me fortalece.

Sin duda es el tramo más bonito de toda la carrera. La zona a la que tenía más miedo es la que más estoy disfrutando, pienso en Manzanares y el tramo hasta Mataelpino y llego a la conclusión de que mi crisis ya esta pasada.

La cuesta final que llega a la zona de la Barranca es un paseo, subiendo andando a nuestro ritmo no dejamos de adelantar gente. Mi tío justo al final se le nota cansado y comenta que se le está haciendo larga, pero gracias al bendito gps le digo que no queda ni un kilómetro que llegamos.

Y así lo hicimos. En el avituallamiento nos encontramos con gente que nada más salir de Mataelpino lo hizo corriendo y nosotros a nuestro paso hemos conseguido atraparlos casi 9 km después.

Queda demostrado que ya no es efectivo correr, mejor un buen paso.

LA BARRANCA - CERCEDILLA (6,5KM)

EMBALSE NAVACERRADA. CAMINO A CERCEDILLA
Salimos de La Barranca con la moral por las nubes. La parada no fue muy larga pero al poco de salir noto un pinchazo en la parte posterior de la rodilla. Es una zona desconocida para mí así que paro un minuto y me masajeo. Ya cada parada trae consecuencias. Aproximadamente 500 metros después se me pasa y no vuelve.

Bajamos por una carretera desde donde se ve el embalse de Navacerrada y su pueblo. Nos desviamos para coger un camino con una cuesta con mucho desnivel. Nada más empezar mi tío nota un pinchazo en su gemelo derecho.

Nos paramos, los dos con miedo porque el sufre bastante de ellos y sabemos que si no mejora le puede retirar. Yo me sigo encontrando muy fuerte pero este contratiempo siembra dudas.

Acabamos la subida a un ritmo cómodo y poco a poco él se encuentra mejor aunque con temores. Acaba de llegar a su momento de crisis. 

Una vez finalizada la subida es todo cuesta abajo hasta Cercedilla. Nos adelanta gente corriendo pero nosotros tenemos clara la estrategia, andar y no parar más de 30 min en Cercedilla.

A las 19:20, tras 10H:47MIN para 64km, entramos en el polideportivo de Cercedilla. Mucha gente animando. Cogemos las mochilas y nos cambiamos. Ropa de abrigo para la noche, frontales y vaciar todo lo que he llevado en la mochila todo el día y que no uso. Así que los geles, frutos secos y ropa que no me ha hecho falta lo dejo.

Traía un montón de geles y solo había usado uno en el km 15 y es que donde este la fruta que se quiten todas las guarradas de glucosa que te venden.

ESO DEL PLATO SE SUPONE QUE ES PAELLA. EL PROXIMO AÑO TUPPER
Nos ponemos un plato de engrudo de arroz amarillo pegajoso (porque me niego a decir que eso es paella). No soy capaz de comer más de 4 cucharadas, lo tiro. Meto un sandwich que tenía por si me hiciera falta y nos vamos.

Salimos de Cercedilla a las 19:50. Parada perfecta.

CERCEDILLA - CALZADA ROMANA (7,3KM)

Salimos tranquilos cruzando el pueblo de Cercedilla. Emociona recibir el ánimo de la gente que está paseando, de las personas que están sentadas en un bar o de los dependientes de tiendas que dejan de atender para salir y jalearte.

A toda la gente de Cercedilla les digo que no cambien y sigan animando a todos los corredores que atraviesan su pueblo, nos enfrentamos a lo más duro que es la subida de 15 km a la Fuenfría y todos esos ánimos ayudan y emocionan.

Comenzamos con ganas la subida, de momento es menos pendiente de lo que pensábamos. Justo cuando empezamos a entrar en el bosque mi tío siente otro pinchazo en el mismo sitio. Parada a estirar y continuamos, ya no hay marcha atrás.

Se nos echa la noche encima y encendemos los frontales. Nos sorprendemos de ir solos. Al polideportivo de Cercedilla habíamos llegado acompañados de mucha gente que o se habían retirado o su parada estaba siendo más larga.

Mi gps murió al inicio de la subida y esto se convirtió en un handicap negativo porque te hacia perder la referencia de cuantos km quedaban hasta el avituallamiento. Desde aquí noté mucho su ausencia, sobre todo a nivel moral.

La subida al principio no es por la carretera sino por el bosque, por lo que hay que ir buscando las marcas para orientarse, en la noche hace que nuestro ritmo sea más lento, pero la verdad que estamos subiendo mejor de lo esperado.

A mitad de este tramo ya cogemos la carretera que hace que sea un poco más cómodo pues no hay que buscar señales para no perderse. Tras casi hora y media llegamos al avituallamiento de la calzada romana. Es sorprendente que cuando lleguemos allí seamos tanta gente, ¿de donde han salido? durante 7 km hemos subido solos viendo de vez en cuando luces rojas a lo lejos.

Como el frío se empieza a notar todo el mundo sella rápido echa un último trago de isotónica y seguimos en busca del alto de la Fuenfría.

CALZADA ROMANA - ALTO DE LA FUENFRÍA (7,6 KM)

Por fin no vamos solos. Salimos junto a 3 chicos que van por delante y una pareja que viene por detrás. 
Moralmente me viene bien ver gente aunque no hable con ellos, me sirven de referencia para seguir un ritmo. Calculo que tardaremos 1h:30 min en llegar arriba, dependiendo de como sean las rampas de subida.

El camino sigue siendo una senda que se hace fácil subir y donde es imposible perderse. Al inicio se nota que el porcentaje de las rampas aumenta, no somos capaces de saber si es mucha o poca pendiente, pero el ritmo y las piernas dan fe de que aquel terreno pica hacia arriba.

Vamos serpenteando montaña arriba y poco a poco empiezo a sentir un pinchazo en el oído y un ligero dolor de cabeza. De todas las cosas que había imaginado que me podían doler nunca pensé en el oído. Creo que fue por la altura, aunque tampoco es algo que tenga claro ya que no se sube tan alto.

Con el dolor en el oído y continuos bostezos fui perdiendo ritmo. Mi tío llevaba un ritmo por delante de mí que me costaba seguir. Fuimos atrapando gente que según llegábamos a su altura les sobrepasábamos. Sinceramente me sentía más cómodo en los ritmos de los otros corredores que en el de mi tío, pero le veía tan sobrado que no quería que frenara para esperarme así que apretando dientes le seguía.

Hacia el final de la subida, con unas bonitas vistas de algún lugar que no sé identificar por la noche, mi tío vio que me quedaba y comenzó a decirme que aguantara. Madre mía como iba, en la última rampa pasamos a un grupo de unas 10 personas y ninguna se nos unió. 

Por fin al fondo y tras 1h20min desde la calzada romana vimos el alto de la Fuenfría. Cuando llegamos habría entorno a 10 personas. Sellamos y fuimos a tomar un caldo. 1 minuto después el alto se convirtió en un after con al menos 40 personas tomando café y caldo. Algunos estaban en una carpa intentando entrar en calor con hipotermia (y es que allí no haría más de 6-7 grados).

Vaya escabechina que habíamos hecho en el último tramo de subida. Por primera vez en más de 13 horas me senté. Cogí una silla y estuve tomándome el caldo tranquilo para recuperarme. En ese minuto me di cuenta que lo peor había pasado y que ya sería todo cuesta abajo, hice cálculos y podíamos llegar en unas 17h.

¡¡¡QUE EQUIVOCADO ESTABA!!!!

FUENFRÍA - CORRAL DE LA DESESPERADA (9,3KM)

Salimos algo temerosos del alto. Habían pintado la bajada complicada. A los pocos metros vimos que el camino era igual que el de la subida, una senda ancha con piedrecitas que molestaban en los pies, pero con huellas de rodar bicis y pasar gente que si encontrabas en mitad de la noche te dejaban ir bien.

Ahora éramos felices bajando. Camino fácil, piernas relajadas hasta apetecía correr, de hecho alguno nos paso corriendo. Pero no queríamos desperdiciar la fuerza que nos quedaba porque aún estando cerca nos quedaban 21km, un medio maratón.

La bajada de este tramo fue amena y sin complicación. Nos encontramos un chaval que bajaba tiritando y se nos unió. Venía muy tocado y casi pidiendo retirarse. Nos contó que fue uno de los que estaba en el alto metido en la carpa con la manta térmica, la verdad es que le faltaba ropa de abrigo. Llevaba más de 1 hora bajando y no había dejado de tiritar y ya en esta altitud no hacía frío.

También vimos subir un quad que bajo a otro corredor, supongo que por el mismo motivo.

La parte final del tramo se volvió a hacer larga y es que como dije no saber cuantos km te faltan para alcanzar el avituallamiento hace que se alargue la agonía.

Llegamos junto a nuestro compañero con su hipotermia al avituallamiento. Él necesitaba descansar, así que allí se quedó. Yo me tome 2 tazas de caldo y salimos. En el momento de salir me encontraba muy bien y vimos que era el momento porque salía un grupo de 4 y así no hacíamos la bajada solos.

CORRAL DE LA DESESPERADA- RIOFRIO (5,3KM)

Salimos detrás del grupo y pocos metros después comprobamos que una de las chicas va coja y que llevan un ritmo muy lento. Pasamos al grupo de 3. Se junta a nosotros un hombre mayor (67 años) que ha hecho las 4 ediciones anteriores y todas terminadas.

Somos los primeros, por delante no se ve ninguna luz. Este resultó ser el tramo más complicado, había mucha piedra suelta que hacia que se te torcieran los tobillos, agujeros, etc. Y solo podía enfocar hacia delante para buscar señales o al suelo para no caerme.

Poco a poco me afecto psicológicamente, a cada mal paso o cada duda me preguntaba que hacía allí. Solo eran 5 km pero se hicieron muy largos. En un par de ocasiones giraba mi cabeza hacia arriba buscando si venía un grupo para dejar que abrieran camino, pero lo que veía eran cerca de 30 luces siguiendome a mi. Si yo me perdía nos perdíamos cerca de 25-30 personas que bajaban por donde yo marcaba.

A falta de 1 km nos pasaron 3-4 corredores, indudablemente les deje pasar y por fin pudimos tener una referencia de por donde ir.

Este fue el peor momento de toda la carrera. Llegué al km 92 al avituallamiento de Riofrío y no paré. Solo quería llegar.

RIOFRÍO- SEGOVIA (7,8 KM)

Cuando pasé por el avituallamiento de Riofrio le pregunte al voluntario que si el camino que nos quedaba hasta la entrada en Segovia era igual, me imaginaba 7,8 km iguales y me veía abandonando. Pero me dijo que no que ya era un camino sin piedras y que los 2 últimos km eran por Segovia.

La idea de hacer solo 5 km más en mitad de la noche me hizo venirme arriba. 

Seguía junto a mi tío y el señor que nos acompañaba desde el km 88. Ibamos despacio y toda la gente que nos pasaba se iba rápido. Mi cabeza no podía más necesitaba salir de la noche.

Así que cuando pasábamos por encima de las vías del AVE nos paso un chico andando con sus bastones a un ritmo alto. Lo pensé y dije: "le voy a seguir como a mi tío en la Fuenfría". A mi tío no le podía pedir más esfuerzos porque sabía que iba al límite y que eran solo 6 km y llegaría con el señor.

Apreté los dientes y dije aguanta hasta donde puedas. Me puse a su estela y me dedique a pisar donde él pisaba, a moverme como el se movía. Solo miraba sus pies y hacia lo mismo.

Quizás no fue más de 1km lo que le había seguido cuando le perdí. Pero vi que mi ritmo había aumentado porque comencé a pillar gente. Pasando por debajo de la carretera me cogieron un par de chavales y seguí la misma estrategia de pegarme a ellos.

Se me escaparon entrando en Segovia, pero fue ver las luces y venirme arriba.

Probé si podía trotar y vaya si podía hacerlo. De hecho me dolían menos los pies si corría. Entré en Segovia corriendo, fui adelantando gente. El grupo de 2 chavales que había seguido, el chico de los bastones con el que me motive para salir de la oscuridad, grupos de gente que llevaba sin ver desde el alto de la Fuenfría. Todo el mundo andaba y yo corría. Me miraban extrañados como preguntándose donde iba tan rápido pero solo quería terminar.

A cada grupo de segovianos que volvían de cenar les preguntaba si iba bien hacia el acueducto y cuanto quedaba. Prácticamente exhausto le pregunté a un último señor y me miro extrañado y me dijo: "pero chaval si te quedan 70 metros no pares sigue." Volví a correr y entre en una calle donde había un grupo de personas que me empezaron a gritar. Se me hizo un nudo en la garganta, ahora ya sabía donde estaba. 
Llegué tan cegado con buscar el arco de meta que no vi el acueducto que estaba a la izquierda, lo juro.
PUES FUI INCAPAZ DE VER EL ARCO CUANDO LLEGUÉ

ALLÍ DETRÁS ESTÁ EL ACUEDUCTO. Y YO NI FLORES.
Crucé el arco de meta y no recuerdo ninguna sensación, excepto la de incredulidad por llegar. Había tardado 18h 10min 44seg. Llegando en el puesto 526 de 846 que llegamos a meta y de los 1200 que empezamos la prueba.

ALEGRÍA DESPUÉS DE 18H.
Me tomé un chocolate caliente, recogí la medalla y me fui a buscar a mi tío. Pensaba que tardaría algo más. Pero 15 minutos más tarde llegó acompañado del hombre con el que le dejé. Bajo su marca de 100km más de 1,5h en una carrera más dura. Hizo 18:25:53.

Aunque yo me escapara los últimos 6 km me hubiera sido muy difícil llegar hasta la meta sin su compañía. Considero indispensable correr esta distancia junto a alguien, sino por lo menos en mi caso la cabeza hubiera podido ganarme.

¡¡¡¡POR FIN!!!!
Tras los abrazos y fotos, nos subimos al polideportivo (600 metros hacia arriba xq 102 km son pocos). Ducha y autobús de vuelta a Madrid. Y como os podeis imaginar la imagen de 50-60 corredores bajando de un autobús en plaza de castilla después de meterse 100 km es indescriptible. Los autobuses del Inserso tienen menos cojeras que ese.




OTRA PARA LA SACA. A LOS 56 AÑOS. ¿HASTA DONDE LLEGARÁS?








































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