MEDIO MARATON DE COSLADA

Avituallamiento típico de un corricolari.

El cómic de Asterix y Obélix me vendrá de perlas para escribir la crónica de la media maratón de Coslada.
 Y es que podemos definir esta carrera como esa pequeña región en el mundo del running que a pesar de llevar cuarenta ediciones se mantiene al margen de la burbuja de las carreras. En esta aldea se dedican a cuidar a sus visitantes. No les dan un sablazo al bolsillo, y ponen precios de 6€, para una media. Pero es que además les preocupa que disfrutes en su terreno. Por eso te ofrecen buen cobijo en su polideportivo para ducharte o dejar la ropa en lugar seco.
Saben que cuando terminas de hacer un esfuerzo vas a necesitar recuperar y que la cerveza y pan con aceite serán su pócima mágica. Por si acaso no estás convencido todavía tienen el detalle de darte una chapita que llaman medalla para que cuelgues en tu salón de trofeos y te acuerdes de lo bien que lo pasaste por aquellas pequeñas tierras.



Y recordando personajes de este cómic podemos ver que en aquella aldea gala teníamos a:

ABRARACURCIX( Jose): Jefe de la aldea gala. En nuestro caso le damos este papel al jefe de los corricolaris. El que lleva corriendo casi tantos años como la media de Coslada, más de cuarenta. Y el culpable  que muchos de los nosotros, sino todos, corramos por verle hacerlo desde que éramos pequeño.

OBÉLIX (Jaime): Está claro que se ha caído a una marmita y vuela por todas las aldeas que visita para correr, ya sea Coslada, Sevilla o Getafe.

PANORAMIX (Álvaro): Su profesión así lo demanda. Es el técnico de todas las medicinas de esta familia. Fábrica cualquier tipo de pócima en su laboratorio.

Asterix (Pablo): Las alas en lugar de en el casco las lleva en las zapatillas. Siempre vuela, pero como además le dé por tomar poción mágica ni le vemos.

AUSARANCETURIX (yo mismo): Trovador que piensa que canta bien. Pues más o menos como yo, que pienso que corro y puedo escribir bien y ni lo uno ni lo otro.



Fue oír el pistoletazo de salida y creer que pocos metros más abajo habría una legión de romanos. Desde luego Jaime pensó que podía él solo con ellos porque desapareció en el tiempo que tardé en guardarme el móvil. 

Ya solo quedábamos cuatro que fuimos dando el rodeo correspondiente a la manzana que ocupa el polideportivo para afrontar la primera cuesta. Decido que lo más interesante de contar hoy está con mi tío Jose, que para eso es el jefe de la aldea. Así que al llegar al kilómetro 1 me paré a esperarle para acompañarle los cinco primeros kilómetros. Álvaro y Pablo vuelan y van desapareciendo.

Correr despacio requiere su técnica y entrenamiento. Y quiero ser un  experto en esa técnica. O también puede ser que sé que si salgo a ritmos de 5:20 voy a reventar en el kilómetro 12 y voy a ir sufriendo otros nueve kilómetros.

Seguir a Asterix que os lleva hasta la meta. 1:49

Así que charlando y subiendo cuestas tan duras como la de la zona de los chalets, vamos avanzando hacia la meta. La recta del kilómetro 5 con su avituallamiento correspondiente trae algunas dudas en Abraracurcix. El gemelo molesta y hacer la media entera puede suponerle un tiempo sin correr y eso no es necesario.Bajamos a buen ritmo hacia el centro de Coslada, intento distraer con amenas conversaciones a mi tío pero la cara no es buena. En el kilómetro 7 decide que dar la segunda vuelta puede resultar temerario así que en el desvío de carreras irá hacia la meta. Una opción acertada de alguien con experiencia. A pesar del revés decido seguir con él hasta el kilómetro 10, así le acompaño en la bajada del recinto ferial y la última subida por el puente que cruza las vías, desde arriba vemos a Pablo que va a tope. Zona poligonera en llano o falsa subida. Llega el momento de separarse. Nos despedimos y le recuerdo que vaya tranquilo que el último kilómetro hasta el estadio pica hacia arriba y se hace largo. Paso el kilómetro 10 en 58:30.

Y el trovador se queda en solitario y con poca cosa que contar. Acelero pero no en exceso hasta pasar el kilómetro 12 que es la cuesta más tendida. Pronto noto que voy más rápido pero no me sobran las fuerzas. Como buen galo que soy no tengo reloj así que ni idea de mis ritmos. A la altura del km 13,5 y pasando junto a una escuela infantil que se llama Charlie Rivel, me hace gracia, compruebo que ya he pillado un grupo con el que voy al mismo ritmo.

DARME MÁS KM. 1:41

Siguen transcurriendo los kilómetros y paso junto al avituallamiento del km 15. No cojo agua porque aún llevo la botella llena del km 10. Este maldito tiempo, ayer nevaba, hoy sol pero sin calor. En fin que no me hace falta más pócima del Canal de Isabel II.

La bajada hacia el km 16 no hace más que comprobar que lo que en la primera vuelta fue un paseo ahora se está convirtiendo en un terreno complicado. La zona de los recintos feriales antes era una bajada, ahora comienza a ser subida. Y el puente que antes subía mirando de reojo hacia mi tío ahora parece cualquier ascensión a los Pirineos. Aquí me adelanta un chaval con pantalón verde. Lleva un ritmo parecido al mío aunque va mejor, pero me sirve para seguirle en la zona de polígono y la larga recta junto a las vías.

Me he tomado dos cazos de la poción mágica. ¿tú cuántos quieres? 1:51

Un simple kilómetro queda para la meta cuando miro el reloj. Ni en sueños bajo de dos horas, terreno cuesta arriba y hay que correr en 4 minutos. Así que para que sufrir más. 700 metros a meta y nada mejor que parar a respirar recuperar pulsaciones y afrontar con aire sereno la llegada al estadio.

La gente debía saber que era un galo porque en las inmediaciones de la llegada al estadio no paraban de darme ánimos. En la curva de 200 metros a meta se encontraban todo mi grupo de Corricolaris, últimos ánimos para decirme que no me iba a pillar nadie y que iba a salir guapísimo en la foto. Gemelos y cuádriceps ardiendo y brazos en alto para terminar en 2:01:46.


Pensaba que podía llegar en dos horas cuando dejé a mi tío pero se me hizo largo los tres últimos kilómetros y llegué con una sensación de agotamiento que no esperaba. Pero bueno somos personajes de cómic y a ellos no siempre les sale todo bien. En la siguiente mucho más.