martes, 25 de junio de 2019

CARRERA DEL ZOFÍO 2019.


Hablar de comercios de barrio, gente de barrio o carreras de barrio parece ser algo ofensivo. Ahora todo lo que es cool, guay, molón, .... es aquello caro y masificado. Deben pensar que las fotos del instagram, para el postureo, no lucen igual con graffitis y publicidad de comercios pequeños.



Pues a mí me parece lo mejor del mundo, el tendero que te conoce, el chico del portal de enfrente que no sabes como se llama pero si sabes que es de tu barrio, y la carrera organizada por los vecinos del barrio de toda la vida. Cuidando con mimo a todos, los de su barrio y los que como yo venimos de otro.
Éste también se hipérmotiva.

Y es que hacía dos años que no venía a esta carrera, el año pasado ni siquiera les dejaron organizarla y tuvieron que suspenderla. Pero afortunadamente ha vuelto y ha conseguido mantener su nivel. El de cuidar al corredor, hacerle sentir como en su casa, organizar una carrera divertida a dos vueltas y con un punto de dureza en el último kilómetro. Pero son tan detallistas que los últimos 200 metros te los ponen en bajada para que salgamos chulos en las fotos de llegada. Veréis cuando las enseñe en mi barrio.

Os queremos tanto grupo sin nombre que Pablo os hace un corte de manga. ¿o no?

Y lo bonito de las carreras de barrio es que no están masificadas. Y como consecuencia el abanico de ganadores es mayor.


Nosotros somos cuatro. Cuatro runners tan tristes que ni siquiera sabemos ponerle un nombre  a nuestro grupo de whatsapp. Va cambiando según el objetivo. Actualmente se llama Maratón de Valencia (carrera que hicimos hace medio año). Después de tantos tiempo podíamos haber debatido un nombre común, pero es que ni nos preocupa, no lo hemos ni comentado. ¿Para qué necesitamos un nombre tres runners, ex-gordos, y una runner hipermotivada con objetivos y desmotivada cuando el grupo no cambia de nombre?.

Pues en esta historia de corredores de barrio uno de ellos consiguió subir al cajón.


Yo tampoco sé explicarlo. Simplemente que aguantar a esa medallista va a ser complicado durante el próximo año.

Quedan menos de 365 días para que vuelva el Zofío.
Menos de 365 días para recorrer el parque Pradolongo por dos veces en las dos direcciones, aunque muramos de calor.
Menos de 365 días para sufrir en la calle que nos lleva a la cuesta de la calle Beltrán y Rózpide. Menos de 365 días para recordarle a la runner que terminó tercera de 5 kilómetros, qué subió tarde al pódium porque estaba tomando un colacao.
Menos de 365 días para que ella nos recuerde que su falta de motivación le hizo apuntarse a la distancia corta y eso le ha hecho llevarse una copa a casa.

Menos de 365 día para planificar y atacar el asalto al primer puesto. ¿En qué categoría, distancia y sexo? lo planificaremos cuando decidamos cambiarle el nombre al grupo de whatsapp.

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