Es tan bonita esta San Silvestre que a pesar de no tener ningún tipo de forma física decidí apuntarme para volver a trotar por sus bellos paisajes. Sus casi 18km transcurren entre praderas, barrancos, ríos y bosques que le dan un encanto singular. Además no tiene excesivo desnivel lo que hace que para los que tenemos menos experiencia en la montaña tampoco se convieta en un sufrimiento continuo.
Y es que en pocos años esta San Silvestre comienza a tener un nombre en la Comunidad de Madrid. Este año venían a descubrirla mis primos Álvaro y Pablo, mientras que yo afrontaba mi tercera participación.
Debo destacar la belleza de la camiseta que han entregado este año, con el dibujo del jabalí que lo organiza y las 7 estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid. Es difícil a estas alturas sorprender con una camiseta diferente, pero en esta ocasión así ha sido.
Respecto a la carrera han incluido una distancia más corta de 9 km para el que quiera disfrutar de estos parajes sin exigirse en exceso, por la cantidad de gente que había debió ser un éxito.
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| aquí estamos los 3 |
30 minutos más tarde afrontábamos la salida de los 18 km mis primos y yo. Tampoco íbamos a ir de valientes que ninguno estamos para tirar cohetes y salir a lo loco. Así que partimos desde el pelotón trasero. Salida del pueblo y afrontamos la primera cuesta. Despacio pero con buenas pulsaciones vamos avanzando por la primera pendiente. Sorprendentemente Pablo se va retrasando y es que pasar de los calores y contaminación mejicanos al clima frío y aire puro de la sierra no le han sentado muy bien y le cuesta respirar.
Con más gente que en años anteriores vamos bajando hacia el primer paso por el río, dónde nos encontramos con un tapón bastante más grande que en otras ocasiones. Tardamos varios minutos en pasar. Tras ello subimos y corremos por la pradera que nos lleva al primer avituallamiento del km 4, el cual perfectamente nos podríamos haber saltado, pero Álvaro y yo decidimos pararnos para esperar a Pablo. Una vez que nos juntamos bajamos en grupo para correr junto al río y el embalse y afrontar la subida por una zona boscosa que he de reconocer que me encanta, aunque se hace complicado correr ya que estamos más pendientes de esquivar ramas.
Al finalizar la subida bajamos hasta el primer punto de control del chip por el km 6,5. Hemos vuelto a perder a Pablo. Mientras vamos comentando que le esperaremos en el siguiente avituallamiento aparece de la nada. Ha recuperado y al acelerar el ritmo nos coge justo antes del segundo avituallamiento.
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| ojito al loco de detrás |
En aquel prado nos volvemos a juntar los tres. Mérito sobre todo para Álvaro que nos había sacado casi dos minutos y nos estaba esperando. Desde allí vuelta a correr de vuelta a Pedrezuela, bajamos por las laderas del barranco buscando el río. Transitamos junto a él para cruzarlo entre piedras y troncos húmedos que te pueden hacer caer.
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| se me ve ágil |
Tras cruzar el río les digo a mis primos que suban a su ritmo porque mis piernas ya no van a dar más fuerza para poder subir trotando. Este kilómetro y medio se hace largo hasta que por fin volvemos a entrar en las calles de Pedrezuela y subo lento hacia la meta del polideportivo. Sufriendo más que en anteriores ocasiones alcanzó el objetivo y finalizo mi tercera San silvestre de Pedrezuela en un tiempo parecido a años anteriores 2:14:21. Teniendo en cuenta que no tengo ningún estado de forma me parece un tiempazo. Mis primos subiendo a su ritmo me sacaron más de un minuto terminando en 2:12:40.
Y por supuesto como ya es tradición en Pedrezuela nos comimos el bocadillo de Panceta y el caldito que entona el cuerpo después de correr por zonas húmedas.
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